
Herbert George Wells nació en Bromley, Inglaterra, en 1866. En 1888 se graduó en Biología en la Universidad de Londres. Las enseñanzas científicas de Thomas H. Huxley tuvieron una enorme influencia en su pensamiento que, unido a sus ímpetus sociales, fomentaron en él una visión crítica de la sociedad de su tiempo a la vez que una exaltada defensa de la Ciencia. Ambos paradigmas impulsarán sus primeras obras, quizá lo más admirable de toda su vasta producción literaria: «La máquina del tiempo» (1895); «La isla del doctor Moreau» (1896); «La historia de Plattner y otras narraciones» (1897); «El hombre invisible» (1897); «La guerra de los mundos» (1898); «Cuentos del espacio y del tiempo» (1901); «Los primeros hombres en la Luna» (1901); «Doce historias y un sueño» (1903). Cultivó la novela, el cuento, la autobiografía y los libros de historia de carácter enciclopédico; como heredero de Swift, de Cirano de Bergerac y de Allan Poe, sus cuentos combinan con gran maestría lo fantástico y la ciencia-ficción, género del cual es considerado el padre fundador. Murió en Londres en 1946.

Jordi Vilà i Oliveras, licenciado en medicina tradicional china, especialista en Qigong y profesor de acupuntura, es maestro de Taijiquan (Tai-chi) y fue alumno de la famosa escuela taoísta de Wudang. Desde 1981, ha estudiado con prestigiosos doctores, expertos en artes marciales y monjes taoístas en Europa y China. Ha escrito y traducido diferentes libros y artículos sobre medicina y arte tradicional chino. Actualmente, se dedica por completo a la docencia del Taiji-quan, Qigong y al estudio de la antigua cultura china.
Albert Galvany, licenciado en Filosofía en la Universidad País Vasco y diplomado en Sinología por la Universidad Paris 7, se ha especializado en chino antiguo y en historia del pensamiento clásico de China en el Departamento de Lenguas y Civilizaciones del Asia Oriental de la citada universidad parisina, donde ultima su tesis doctoral. Autor de artículos especializados, ha traducido al castellano «El arte de la guerra» de Sunzi (2001). En la actualidad, ejerce la docencia en la Universidad Pompeu Fabra.

“Violet Paget (1856- 1935) vivió casi toda su vida en Florencia. Sus obras, que abarcan más de cuarenta volúmenes, giran en torno a la vida y la cultura de este país, donde se codeó con las principales figuras literarias inglesas del siglo XIX; Robert Browning, Walter Pater, G. B. Shaw, Wistler, Edith Wharton se contaban entre sus admiradores.
Cultivó la novela y el relato, el libro de viajes, el estudio del arte y la música italianas, el ensayo sobre estética y también la polémica. Entre sus obras principales destacan: “Studies of the Eighteenth Century in Italy” (1880), “Hauntings: Fantastic Stories”, (1890), “Genius Loci: Notes on Places” (1897),“The Tower of the Mirrors” (1914) “The Handling Words and Other Studies in Literary Psychology” (1923), y “For Maurice: Five Unlikely Tales” (1927).
“Vernon Lee tuvo como pocos el genio de descubrir el ritmo secreto de un paisaje, de una época, de una obra de arte… entre sus vastísimos intereses acertó en evocar un periodo de nuestro pasado cuyo espíritu nadie antes había sabido centrar tan bien”.
Mario Praz
“Sus numerosos y originales estudios de estética han quedado algo anticuados… pero sus relatos de fantasmas o sobrenaturales la acercan a la maestría de Isaac Dinesen”.
Javier Marías
Jordi Fibla, reconocido por la calidad de sus numerosas traducciones de literatura anglosajona, ha traducido también, junto a su mujer, japonesa, algunas obras literarias de Japón a partir de su lengua original. Es un buen conocedor de la cultura nipona, dentro de cuyo ámbito La historia de Genji siempre ha ocupado para él un lugar destacado.
Murasaki Shikibu (973-c.1013) perteneció a una familia aristocrática de rango medio. En 998 contrajo matrimonio, pero enviudó dos años después. Su destino en la corte estaba dedicado principalmente al servicio de compañía de la emperatriz Akiko, en gran parte debido a su gran talento como narradora. Murió a los cuarenta años. De su vasta obra se conservan algunos fragmentos de su diario, un buen número de poemas y esta obra clásica que encabeza las letras japonesas.

Patrick Harpur estudió literatura inglesa en la universidad de Cambridge. Viajó por África y trabajó en una editorial. En 1982, dejó su trabajo para dedicarse exclusivamente a escribir. Es autor de cinco novelas: The Serpent's Circle (1985), The Rapture (1986), The Savoy Truffle (2013), The Good People (2017) y The Stormy Petrel (2017), así como de un libro de culto: un diario alquímico moderno titulado Mercurius. O el matrimonio del Cielo y la Tierra (publicado en Atalanta); pero es en el campo ensayístico donde ha encontrado un mayor eco internacional con obras como Realidad daimónica, El fuego secreto de los filósofos y La tradición oculta del alma, todas ellas publicadas en Atalanta. Actualmente vive en Dorchester, Inglaterra.
Más información :
www.harpur.org/patrick.htm

Nacido en las Ardenas en 1908, René Daumal murió en 1944, a los treinta y seis años. A los dieciséis, aprendió sánscrito; y llegaría a ser uno de los primeros escritores occidentales en descifrar la filosofía, el teatro y la poesía india. A los diecisiete, se intoxicó con tetracloruro “para conocer cómo la conciencia desaparece en el momento de la muerte”. A los dieciocho, era el candidato más aventajado en los experimentos de percepción extrasensorial del Pr. Maublanc que consistían en determinar cuál era el contenido de unas cajas selladas.
Admirador de la patafísica de Jarry y de su noción del absurdo moderno, entró en contacto con el movimiento surrealista. Pero en 1927, funda junto a un grupo de escritores (que se denominan “los simplistas”) la revista literaria “Le Grand Jeu”, que proclama con virulencia la naturaleza metafísica de la vida y ataca sin contemplaciones la limitación del movimiento surrealista. En 1935, publica “Le Contre-Ciel”, su poesía reunida; libro que ganó el premio Jacques Doucet, avalado por Valery, Gide y Girandoux. En 1938, termina su primera novela, “La Gran Beuverie”; en la cual tomando la sed como metáfora, dibuja un cuadro delirante de una humanidad grotesca que no para de beber y emborracharse al no ser capaz de calmar su angustia ni de salir de la ilusión en la que vive.
Por último, en 1944, dejará inacabada lo que se considera su obra maestra, “El Monte Análogo”, gracias a la cual perdura su memoria.

Apuleyo nace en Madauros (Argelia), en torno al 125 de nuestra era. Su vida coincide con la Segunda Sofística, cuando una serie de autores de origen griego busca restaurar el prestigio de la cultura helénica en las ricas ciudades de la cuenca oriental del Mediterráneo que estaban bajo el dominio romano. Gracias a su holgada posición económica estudiará retórica en Cartago y, más tarde, geometría, poesía y música en Atenas. En Grecia toma contacto con el platonismo y los grandes centros de la Sofística griega como Samos, Pérgamo y Esmirna. En Oea, la moderna Trípoli, se casa con una viuda rica. Más tarde, será acusado de haberla seducido mediante artes mágicas, pero es absuelto del proceso en el año 158 gracias a su brillante oratoria que se conserva íntegramente en su «Apología». Durante la década que siguió a este acontecimiento, Apuleyo logra consagrarse en Cartago por sus dotes como retor. Muere en torno a 180. De su obra, destacan sus discursos, como la Apología y las Floridas, sus tratados filosóficos, «De Deo Socratis», «De Platone» y «De mundo», y esa extraordinaria mezcla indiscriminada de novela picaresca, tratado mistagógico, pornografía y brillante ejercicio estilístico que es su novela «Las metamorfosis», que San Agustín titularía «El asno de oro».

Pocas veces una vida y un relato literario son capaces de captar con tanta viveza y exactitud toda la esencia de una época. Este es el caso de Vivant Denon (1747-1825). Escritor, dibujante, grabador, diplomático, viajero, coleccionista de arte, fundador y director del museo del Louvre, su imparable carrera se desarrolló tanto al servicio de los tres últimos reyes de Francia como bajo el gobierno de la Revolución y de Bonaparte.
En toda su rica y larga vida, Denon solo nos dejó un único relato, titulado `Sin mañana`; un cuento erótico que publicó anónimamente en 1777 sin molestarse siquiera en reclamar su autoría, pues le bastaba la aprobación de aquellas pocas personas a las que estaba destinado. Sin embargo, los unánimes elogios de Chateaubriand, Stendhal, los Goncourt y Anatole France entre otros, y más recientemente la admiración del cineasta Louis Malle, son una prueba de su particular inmortalidad literaria. Milan Kundera sitúa este cuento «entre las obras literarias que mejor parecen representar el arte y el espíritu del siglo XVIII»; la obra más perfecta de toda la literatura libertina de su tiempo, que comienza, dice, «con la frase más bella de la prosa francesa».
Pero Denon fue también un notable viajero, cuyas hazañas e impresiones tampoco han pasado al olvido. Sus notas sobre su «Viaje por el Bajo y Alto Egipto», acompañando a la armada de Napoleón en su célebre expedición por las tierras del Nilo, es un documento de primera mano lleno de interés histórico, pues no sólo es uno de los primeros arqueólogos europeos en contemplar y dibujar los monumentos del antiguo Egipto, sino que su destino lo coloca con frecuencia en medio de los grandes incidentes de esta campaña: la batalla naval de Abukir, en la que Nelson hunde la flota francesa, la batalla de las Pirámides y la persecución de Murâd Bey durante trece meses, que le llevará hasta las lejanas tierras de Nubia.
Por último, las semblanzas biográficas de Anatole France y Jean-François Bory, que abren y cierran este volumen, terminan de dar un perfil completo de este gran escritor incógnito de las letras francesas.

De origen polaco, Joseph Conrad (1857–1924) pasó los primeros veinte años de su juventud navegando por el mundo, y los treinta años restantes escribiendo en su casa. A los diecisiete años, se enroló como marinero en Marsella, y prestó servicio en diversos barcos. Navegó por el golfo de Siam, el océano Índico y el archipiélago malayo; más tarde, una vez nombrado capitán de la marina mercante inglesa, comandó un vapor fluvial en el Congo Belga, origen de uno de sus más célebres relatos. En 1893, renunció a su carrera marítima para dedicarse íntegramente al ejercicio de las letras. El cúmulo de sus vivencias marinas será el origen de su peculiar universo novelesco, si bien nunca quiso rebajar su arte a la mera crónica de peripecias, sino que supo transformar su experiencia marina en una honda y compleja metáfora de la existencia humana.