El libro de los monstruos

Juan Rodolfo Wilcock

Ars Brevis

A tenor del célebre libro de su amigo Jorge Luis Borges, publicado en 1954, en el que reunía una insólita suma de seres imaginarios, Juan Rodolfo Wilcock nos presenta aquí un manual, no menos fabuloso, de textos breves, aunque ceñido a códigos totalmente distintos: los monstruos de Wilcock siempre se contemplan con una traviesa sonrisa en los labios, que a veces desemboca en carcajada.

Heredero directo del último Flaubert y de Kafka, sus criaturas corresponden al reino exclusivo del humor negro y la ironía feroz. Así, ya tengan todo el cuerpo recubierto de espejitos, como Anastomos, o de largas plumas blancas, como el arquitecto Mano Lasso; padezcan la no menos incómoda peculiaridad de contar con tres piernas y tres bocas, como el poeta Eher Sugarno; o soporten, como el asistente social Ilio Collio, unas tetillas de las que mana una especie de aceite espeso que vuelve su cuerpo extremadamente resbaladizo..., todo este estrafalario compendio de singularidad física no redime a ninguno de los personajes de la trivialidad cotidiana en la que tan a menudo se mueve la condición del ser humano. No importa la circunstancia, el absurdo siempre impone su terca ley; así, el veterinario Lurio Tontino viaja sin rumbo por el cosmos convertido en asteroide, o el doctor en letras Ugo Panda, cuyo cerebro es del tamaño de una avellana, compone canciones tan celebradas como ininteligibles.

Reseñas

«Amigo de Borges, elogiado por Maravia y Calvino y editado por Calasso, Juan Rodolfo Wilcock interpretó el Caifás de Pasolini en El evangelio según San Mateo, cultivó todos los géneros en español e italiano y, según Bioy Casares, fue toda 'una constelación', además de crear muchos monstruos.»
Alfredo Valenzuela, Efe
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«Se reconocen la mayoría de las miserias y pequeñeces humanas, pero también, gracias al humor que todo transfigura, la grandeza literaria capaz de conducirnos del comienzo al fin con la mirada atenta y una sonrisa encantada.»
Santos Domínguez, Santos Domínguez
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«Una creatividad y desparpajo que provoca, irremediablemente, la aparición de una sonrisa en el rostro de quien lee esta especie de biografías teñidas de humor negro y absurdo.»
Eric Gras, Periódico del Mediterráneo
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«Su literatura es de verso corto y mirada larga, con esa capacidad de algunos escritores (reconocible en Borges, Kafka o Cartarescu) de excavar pozos profundos en los lugares más remotos de la imaginación y hacer aflorar mundos que son simultáneamente disparatados y verdaderos.»
Antonio Iturbe, Librújula
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«J. R. Wilcock nos transfiere una terrible herramienta: unas gafas mágicas que nos permiten mirar en el interior de las personas y descubrir lo que en realidad se oculta bajo el barniz de las apariencias.»
Manuel Fernández Labrada, Saltus Altus
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«Nos encontramos ante un ser poliédrico como pocos, esquivo, difícil de encasillar, un rara avis experto en los ejercicios literarios más arriesgados y rocambolescos.»
Natalio Blanco, Diario 16
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«Un magnífico mosaico literario, en suma, cuyas pequeñas teselas dan fe de un genio excepcional y poliédrico que harán disfrutar sobremanera al lector.»
David Hernández de la Fuente, La Razón
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«Un libro así no se termina nunca (ni de escribir ni de leer) y por eso sigue siendo tan actual.»
Julio César Galán, Cuadernos Hispanoamericanos
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