Jean Gebser

Jean Gebser, filósofo de las transformaciones de la consciencia, nació en Posen (Alemania) en 1905. Vivió una juventud errante en Italia, Francia y España, hasta instalarse en Suiza en 1939. Fue amigo de Cernuda y tradujo a Lorca por primera vez al alemán. Cercano al círculo de Jung, dio clases durante años en el Instituto de Psicología de Zúrich. Murió en Berna en 1973.

Más información:
http://es.wikipedia.org/wiki/Jean_Gebser
http://www.gebser.org/

Salvador Elizondo

"Beda el Venerable compara la vida humana al paso de una alondra extraviada que penetra en un recinto, lo cruza fugazmente y vuelve a salir hacia la noche. Una autobiografía es a la vida lo que ese momento es al vuelo de la alondra. A mi edad no tengo aún la perspectiva o mi perspectiva de la vida es demasiado presuntuosa para poder concretarla sobre el papel. La vida todavía me está viviendo, en el mismo sentido en que se emplea el gerundio «está lloviendo», para que de ella no pueda tener más certidumbre que la de mi vocación y del estado de ánimo que esa vocación ha fraguado, creo yo, eso sí, definitivamente. Por otra parte la importancia de una autobiografía reside en las conclusiones que nos propone o que sacamos más que en las anécdotas que nos relata. Mi visión esencial del mundo es poco edificante; en realidad, no apta de ser difundida. En esto no creo ser una excepción a la regla o si la soy, soy la excepción que la confirma. Nuestra idiosincracia está hecha de los prejuicios que se resumen en nuestras opiniones y ni siquiera por lo que respecta a mi propia persona me considero en posesión de una visión clara. Hasta ahora sólo puedo tener conciencia de mi vida como de una experiencia en la que he visto o imaginado al­gunas imágenes y en que he dicho o he escuchado algunas frases. De mi primera infancia sólo recuer­do un verso: «Sobre el dormido lago está el sauz que llora…» y cada vez que escucho, después de tantos años, estas palabras con que se inicia uno de los poemas más inquietantes que se han escrito, se me aparece como un sueño equívoco el cuerpo infinitamente desnudo, infinitamente blanco de mi schwester2 y además resuenan en mis oídos, como un eco lejanísimo, el batir de los tambores, el golpe acompasado del paso de ganso sobre los adoquines, la exasperación sibilante de los pífanos y el aleteo lentísimo de los largos banderines rojos que colgaban de las ventanas golpeando las fachadas lúgubres y ateridas de las casas de nuestra calle. Pero en la imagen de ese cuerpo desnudo descubro también el entusiasmo inequívoco de la primavera, el súbito deshielo que presagiaba los vastos campos de girasoles y la luz quebradiza del sol que se filtraba como una cascada cristalina entre el follaje siempre verde de los pinos."

Así empieza su "Autobiografía precoz"

Jacobo Siruela

Fundador, director y diseñador de la editorial Siruela hasta el 2003, así como de la revista El Paseante, Jacobo Siruela dirige actualmente la editorial Atalanta desde su sede ampurdanesa en Vilaür. Ha escrito El mundo bajo los párpados, una investigación cultural del onirismo, que fue destacada por los diarios El País y Reforma de México como uno de los diez mejores libros del año 2010. Asimismo es autor de dos celebradas antologías, Vampiros (2010) y Antología universal del relato fantástico (2013), y de una historia mínima de la Casa de Alba, publicada en el volumen conjunto El palacio de Liria, en compañía de otros autores.

El erudito de las carcajadas

Leyó: Jin Ping Mei en verso y en prosa. El mensajero que le había entregado la caja de brocado que contenía el manuscrito le había susurrado al oído: «El amo dice que sólo puedes disfrutar de él tú, mi señor; que no lo lean otros ojos, sobre todo que ninguna otra mano roce sus páginas». Excitado, apartó la primera hoja y, al percibir el suave tacto del papel, pura seda, se dijo: «Se nota que el libertino sabe disfrutar. ¡Qué papel tan delicado para una novela vulgar!». Y no pudo evitar sentir un estremecimiento de placer al saberse uno de los pocos privilegiados que tenían acceso a ella. Él le había dicho en el burdel: «No creas que es una de esas historietas pornográficas. Ésta sí posee belleza, lujo, poder y, sobre todo, unas descripciones de lo más explícitas…; prepárate para arder, es puro fuego».

Y comenzó con el título del capítulo I: «En la cresta de Jingyang, Wu Song mata a golpes a un tigre. Pan Jinlian desprecia a su esposo y vende su encanto». Ya le había explicado: «Verás, empieza con el fornido Wu Song, pero a quien le dedica tiempo de verdad es a la hermosa Jinlian, «Loto de oro»; casi puedes ver sus pies, tan diminutos, tan sensuales…, te darán ganas de acariciarlos, de besarlos, de introducírtelos en la boca…». Sin duda, la Jin del título debía de referirse a ella, pero ¿quiénes serían Ping y Mei? Las primeras páginas no prometían demasiado: hablaban de famosos personajes virtuosos y enamorados, y el texto despedía cierto tufillo moralizante: «¡Ya tengo yo bastante con fingir que leo a Confucio y los libros de historia! Éste me ha tomado el pelo, ¡maldito cabrón!». Estaba ya a punto de desistir en torno a la octava carilla –la constancia no era una de sus cualidades– cuando sus ojos se posaron en la frase: «Este libro trata sobre una hermosa muchacha de corazón de tigre…, una mujer licenciosa que se unió a un ser depravado…». ¡Por fin! Eso era lo que él buscaba.

Y continuó leyendo. Leyó la conocida historia de cómo Wu Song mataba al tigre; sabía que pronto conocería a su cuñada…(Él y todos sus amigos habían leído hacía años A la orilla del agua, habían disfrutado y aprendido algunos trucos, sentían que les había enseñado a ser hombres, y un fortachón como Wu Song, tan valiente y aguerrido, era el modelo perfecto…, pero aquello era cosa de chiquillos; él necesitaba ahora diversiones de otro tipo.) Y apareció Jinlian, «de tez de melocotón y cejas finas y arqueadas como el creciente de luna», y se rió de ese viejo que se la beneficiaba, y el calor empezó a nacer con la descripción de su intento de seducir al fortachón: «Sin pudor alguno, dejaba asomar ligeramente su delicado pecho…», y siguió hasta el final del primer capítulo y quiso leer más. Y leyó su primer encuentro con Ximen Qing, el «ser depravado», y cómo éste la conquistó, y cómo se entrelazaron…, y siguió leyendo y leyendo, y leía y leía. Las hojas de aquel papel tan suave se dejaban pasar con dificultad, así que debía humedecerlas con la punta de los dedos para que se adhirieran mejor y poder así continuar leyendo…Entonces conoció a Chunmei y a Li Ping’er, y el calor se intensificaba en la parte inferior de su abdomen –el «campo de cinabrio» le decían–, y cada vez leía con más ansia, y más rápido pasaba las hojas, y más se humedecía los dedos que iban, incesantes, del papel a la lengua y de la lengua al papel. El calor se convirtió en fuego, y de pronto el fuego comenzó a ascender, y ya no resultaba tan placentero, se estaba convirtiendo en una especie de dolor ardiente y sordo en sus entrañas. Pero nada podía detenerlo, leía y leía y el dolor se acrecentaba mientras la vela se consumía destilando lágrimas…"

De la Introducción de Alicia Relinque

Varios autores

J.L. Tieck
J.W. Polidori
E.T.A. Hoffmann
E.A. Poe
T. Gautier
A. Tolstoi
C. Baudelaire
J.S. Le Fanu
B. Stoker
X.L.
M.R. James
H. Quiroga
F.M.Crawford
E.F. Benson
A. Derleth
R. Matheson
R. Aickman

Vālmīki

De Valmiki, que en idioma sánscrito antiguo significa «colina de la hormiga», nada puede decirse con certeza, desde el momento en que todo es legendario. Y algo parecido también sucede con los veinticuatro mil versos de su epopeya inmortal, datados entre el siglo III y I a. C., lo cual no deja de ser una fecha de lo más incierta.

Eliot Weinberger

De nacionalidad «neoyorquina», Eliot Weinberger, nacido en 1949, es uno de los ensayistas y traductores más reputados en su país. Editor de la selección de poesía estadounidense más importante de las últimas décadas, ha traducido la poesía de Borges, Octavio Paz, Huidobro, Villaurrutia o Bei Dao. Es autor de tres ensayos: Invenciones de papel (Vuelta, 1990), Outside stories (1992) y Rastros kármicos (Emecé, 2002). Sus artículos políticos reunidos en el volumen What Happened Here: Bush Cronicles han sido traducidos al español en dos ediciones: 12 de septiembre. Cartas de Nueva York (Era, 2003) y «Lo que oí sobre Irak (Lom, 2006). Fue finalista del Premio de la Crítica de Estados Unidos.

Más información :

http://www.letraslibres.com/index.php?art=9333
http://jacketmagazine.com/16/johns-iv-weinb.html

Jules Cashford

Jules Cashford es especialista en mitología y analista junguiana. Estudió filosofía en el St. Andrews College, se graduó en literatura por la Universidad de Cambridge y fue supervisora en tragedia griega en el Trinity College. Es autora de El mito de la diosa (Siruela, 2005), junto con Anne Baring, y de The Moon: Myth and Image (Cassell, 2003). Ha traducido para Penguin Classics los Himnos homéricos. Es autora de dos películas sobre el pintor neerlandés Jan van Eyck. En Atalanta ha publicado un epílogo para El copartícipe secreto de Joseph Conrad.

Naiyer Masud

Naiyer Masud (1936) es catedrático de lengua persa en la Universidad de Lucknow y traductor de Kafka y de literatura persa al urdu. Además de ensayos literarios y algunos cuentos infantiles, ha escrito tres volúmenes de relatos que han recibido importantes premios de la India. Sin embargo, su verdadera pasión, según confiesa él mismo, es la lectura. Kafka, Poe y Borges son sus autores predilectos.

Giacomo Casanova

«Era un hombre de mucho esprit, carácter y conocimientos; en sus memorias se confiesa como un aventurero, hijo de padre desconocido y de una mala actriz de Venecia […]. Haré todo lo que pueda para recordar sus memorias, cuyo cinismo, entre otras cosas, es su mayor mérito, pero esto será lo que impida que vean la luz. Tienen dramatismo, agilidad, comicidad, filosofía, novedades sublimes e inimitables.»

Fragment sur Casanova, Príncipe de Ligne, (1735-1814)

Giacomo Girolamo Casanova nació el 2 de abril de 1725, en Venecia, República de Venecia y murió el 4 de junio de 1798, en Dux, actual Duchcov, Bohemia (República Checa).

Entre cortes y salones, Casanova vivió un momento crucial de la historia de Occidente. Se hallaba entre los personajes más destacados de su tiempo y dejó la reseña de tales encuentros. Son así dignas de mención las páginas que tratan de Rousseau, Voltaire, Madame de Pompadour, Mozart, Catalina II de Rusia, Federico II de Prusia...

Casanova no alcanzó a vislumbrar el espíritu de renovación que se avecinaba y que haría desviar la marcha de la historia en direcciones antes insospechadas. Así, permaneció como anclado hasta su muerte al Antiguo régimen, y a la adherencia a esa clase de la cual, por su nacimiento, estaba excluido, aun cuando siempre buscó —desesperadamente— formar parte de ella, incluso en su tiempo concreto, cuando la nobleza caminaba irremediablemente hacia su estrepitoso ocaso.

Casanova escribió cuarenta y tres obras entre novelas, libelos, poesías, epistolarios y memorias. Algunas alcanzaron más de quince ediciones, otras han sido olvidadas quizá justificadamente.

* El Epistolario comprende centenares de cartas dirigidas a gobernantes, cardenales, abates, profesores, militares, actrices, viejas amigas. Los temas son variados, amor, economía, política, diplomacia, literatura; la primera data de la fuga de los Plomos (1765) y la última es de tres días antes de su muerte. En ellas, no sólo habla de todo, sino que arremete contra el mundo: condena, absuelve, polemiza.

* La Refutación a la «Historia del gobierno veneciano» de Amelot de Houssaie (1769), estas ochocientas páginas fueron redactadas para obtener el apoyo del gobierno veneciano. Sin duda es una obra tendenciosa donde Casanova ataca los supuestos excesos de los racionalistas que combatían los abusos de autoridad de la Serenísima veneciana; insiste en que escribe por amor a la verdad y a la patria.

* La Historia de las turbulencias de Polonia (1772), donde no puede ocultar sus falencias como historiador.

* La Epístola de un licántropo (1773), uno de sus mejores trabajos, muestra a un Casanova feminista que se burla de aquellos que menoscaban la condición de la mujer y que subordinan la voluntad femenina a mecanismos fisiológicos, y lo hace con buena escritura y mucho ingenio.

* El Soliloquio de un pensador (1786), escrito en francés como las Memorias, en el castillo de Dux; en sus páginas lanza un violento ataque contra la magia, los magos en general y contra Cagliostro, en particular.

* Ikosameron (1787), una novela del género fantástico, larguísimo mamotreto que relata la historia de dos hermanos en donde hay de todo: historia, geografía, química, matemática, teología, hidráulica. El Ikosameron recuerda sin duda al Micromegas de Voltaire y Los viajes de Gulliver de Swift.

* Reflexiones sobre la Revolución francesa (1793–1794), donde describe los acontecimientos de 1789 y de los años posteriores, desde la caída de la Bastilla a la de la monarquía capeta. En ellas señala que el 14 de julio implica una suerte de fin del mundo; sin duda fue el fin de su mundo, de la vieja sociedad en la que él estuvo perfectamente integrado. Es una obra antirrevolucionaria, tendenciosa y parcialmente informativa.

* Historia de mi vida (1725–1786), lo mejor de Casanova está en lo citado y en la más célebre de todas sus obras.